La disciplina de una chica 'de goma'

Artículo aparecido en el Periódico "EL MUNDO".
Espero que os guste.

Como su hermano entrenaba en un equipo de fútbol, ella también quiso apuntarse a alguna actividad. Una amiga de su clase hacía gimnasia rítmica. Le llamaba tanto la atención que decidió empezar a practicar este deporte. Era el año 1998. El mismo en el que se convirtió en campeona de la Comunidad de Madrid en categoría alevín e infantil con tan sólo ocho años. Hablamos de Elena de la Prida, una chica de Alcalá de Henares que ya ha cumplido los 20.

Aunque reconoce que empezó un poco tarde en este deporte, "porque la mayoría de las niñas que compiten en gimnasia rítmica empiezan a los cuatro o cinco años", su carrera profesional ha estado repleta de éxitos. Ha sido campeona de España de pelota en 2001, campeona de la Comunidad de Madrid en cuatro ocasiones, campeona de las Cuatro Estaciones de Madrid… pero estos son sólo los más importantes, ya que ha ganado muchos más.

Ahora está en la universidad y compagina sus estudios de Educación Física con su pasión por la gimnasia. Reconoce que su condición de gimnasta le ha ayudado en la carrera –"sobre todo en los ejercicios de resistencia y flexibilidad"– y apunta que aunque en su día a día tiene poco tiempo libre, "si uno se organiza es capaz de sacar tiempo para todo".

Por ello, reconoce que "la disciplina y la constancia a las que son sometidas las gimnastas desde pequeñas hace que tengas la cabeza muy bien amueblada", algo que siempre le ha ayudado en sus estudios. Cuenta que durante su época en el colegio y en el instituto se tenía que quedar por las noches estudiando porque si no, con los entrenamientos no le daba tiempo.

"Así que, desde que empecé la universidad sólo entreno cinco días a la semana y descanso dos, porque si no no puedo compaginarlo con los estudios", apunta Elena. Durante su etapa en el colegio, llegó aentrenar todos los días, situación que leprovocó algún que otro disgusto: “Después del cole, mientras mis amigos estaban jugando en el parque, yo me pasaba la tarde entera entrenando en un pabellón”. Algunos de sus compañeros se enfadaban, “aunque finalmente todos lo acababan entendiendo”, aclara.

En relación a este tema, reconoce que sus profesores han sido conscientes de su situación especial y que nunca tuvo problemas, “salvo el último año de instituto, cuando el profesor de Matemáticas no me quiso cambiar la fecha del examen que coincidía con una competición fuera de Madrid. Me suspendió y tuve que ir a la recuperación”, explica.

Su pasión por este deporte va más allá de la simple competición, ya que actualmente es entrenadora en un colegio de Madrid y señala: “En un futuro me gustaría tener mi propio club de gimnasia, para entrenar a chicas a nivel de competición”.

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